Y llegamos al último post de esta serie, que espero les haya gustado. En este artículo abordaremos un componente esencial para trabajar la trasformación digital. Me refiero a las competencias digitales.
Las competencias digitales, pueden definirse, como los conocimientos y habilidades que se requerirán para entender, utilizar y aprovechar la economía digital.
Índice de contenidos
Los conocimientos
Las organizaciones que ya se están incorporando al mercado digital, o que cuentan con una madurez digital, han integrado en sus procesos, actividades como:
- Cloud computing: término que se usa para referirse al uso de infraestructura tecnológica, principalmente servidores, que no se encuentra en la empresa sino en un data center externo. Esto con el objetivo de abaratar costos de adquisición y mantenimiento, además de brindad flexibilidad y escalabilidad a la empresa.
- Big data y BI: consiste en la recolección y análisis sistemático de datos. Esta información puede ser utilizada por directivos de las empresas para tomar decisiones basadas en información real y no en la intuición.
- Desarrollo de aplicaciones móviles: para comercializar, distribuir y mantener todo tipo de servicios empresariales.
- Internet de las cosas: la relación y uso que le damos a los múltiples accesorios de la vida cotidiana como relojes, cafeteras, refrigeradoras, lavadoras y un sinnúmero de cosas. Cosas que dotadas de tecnología son capaces de almacenar información relacionada con las necesidades y comportamiento de las personas que las usan.
- Bots: mecanismos de inteligencia artificial, capaces de mantener conversaciones fluidas con humanos. Estos mecanismos, al ser entrenados pueden usarse para brindar soporte y fidelizar a los clientes. Incluso comercializar productos y servicios, con una mínima intervención humana.
- Realidad virtual y aumentada: tecnologías emergentes, pero con un potencial impresionante para revolucionar el mercado digital. Pueden ser utilizadas con múltiples fines empresariales. Empezando por la publicidad interactiva, la simulación y prueba de prototipos.
- Drones: las pequeñas aeronaves, que pueden se utilizadas en distintas actividades: transporte, vigilancia, producción audiovisual, publicidad, etc.
- Robótica y automatización: lo que yo considero la cuarta revolución industrial. Cambiará por completo la forma de hacer las cosas para la mayoría de las empresas. La posibilidad de delegar las tareas operativas a robots que no se cansan, no necesitan alimentarse y tampoco poseen los típicos conflictos humanos. Esto podría mejorar no solo la productividad y eficiencia empresarial, sino el nivel de servicio y satisfacción de los clientes.
Profesionales digitales
Estos cambios, indispensables para la digitalización, generan en las organizaciones la necesidad de contar con profesionales con conocimientos de la tecnología y sus tendencias. Algo, que como es de esperarse, no se podrá encontrar fácilmente al interior de las empresas. Se tratan de nuevas profesiones, por lo que deberán importarse del mercado laboral externo.
Para recursos humanos, el reto es rastrear, atraer, contratar y retener a estos profesionales, que actualmente escasean en todo el mundo. Esto hace imprescindible contar con una estrategia de reclutamiento selección y retención. Siempre acoplada con las necesidades y aspiraciones del nuevo talento.
Las habilidades blandas
Desde la perspectiva de las habilidades, los profesionales requerirán de varias competencias básicas para aportar a la transformación digital. Entre las más importantes podemos mencionar:
- Capacidad de adaptación
- Pensamiento estratégico
- Mejora continua y rápida
- Trabajo colaborativo
- Innovación y creatividad
- Visión digital
La gestión de RRHH
El área de RRHH tiene una ardua tarea en este punto. Si bien, el conocimiento se puede contratar o adquirir desde fuera, para el caso de las habilidades blandas será necesario un proceso de desarrollo interno. Este desarrollo empieza por alinear las competencias organizacionales, con las necesarias para la transformación digital. Asimismo identificar brechas, y por supuesto, ejecutar procesos de desarrollo y planes de capacitación.
La capacitación y el desarrollo deben ir de la mano con el espíritu digital. No podemos pretender seguir capacitando a nuestros colaboradores en una sala, esto no solo es poco eficiente, sino que riñe con una cultura digital. En su lugar RRHH debería generar una suerte de ecosistema de conocimiento donde la formación este dotada de las siguientes características:
Capacitación bajo demanda: donde los colaboradores puedan aprender cuando, donde y específicamente lo que necesiten. Esquemas como los que manejamos en Infinity o UIDE click, funcionan muy bien.
Redes de conocimiento: la economía digital se basa en las conexiones, en el desarrollo de redes formales e informales en las cuales se puede intercambiar bienes, servicios, pero sobre todo conocimiento. La capacitación debería enfocarse en enseñarles a las personas como integrarse, interactuar y aprender en estas redes.
Proyectos: creo firmemente que el mejor método para desarrollar competencias blandas es trabajar en proyectos. He participado y monitoreado el progreso de otras personas que participaron en una variedad de programas y talleres, pero ninguno con el impacto que consigue el trabajar en proyectos con equipos multidisciplinarios. No solo se aprende de otras especialidades, sino que se adquieren las habilidades de otras personas. Establecer equipos conformados por expertos digitales, ayudará a las personas que poseen estas competencias a desarrollarlas mientras que los expertos entenderán los conceptos de las otras áreas.
Resumen
RRHH puede jugar un papel pasivo. Esperar a que desde otras áreas, en algún momento, llegue la transformación digital; o aprovechar su influencia sobre las personas a través de los diferentes subsistemas e impulsar esa transformación. La era digital es inminente y la decisión es simple. Subirse en el tren de la transformación digital o desaparecer como ha pasado con muchas empresas.
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